martes, 20 de diciembre de 2011

Capítulo 11

                                                      11
                          LOS AMIGOS NO SE OLVIDAN


En el Mirror, Dido era mucho más joven que cuando Aelita la había conocido, durante su videoconferencia. Y lo mismo se podía decir de la profesora Hertz, es decir, a mayor Steinback.
-... decidme dónde se encuentra el superordenador que habéis construido -estaba diciendo Dido, sentada a la mesita de un bar -y dejadme que los destruya. Borraré de vuestras mentes cierta información confidencial, solo los datos más peligrosos, y os dejaré vivir en paz. A vosotros dos y a Aelita. Os estoy ofreciendo la salvación.
Hertz le respondió que ni hablar, y Dido siguió su discurso.
-Piénsalo bien. Sabes lo peligrosa que puedo ser.
En aquel mismo momento, el mando a distancia golpeó a Aelita en la cabeza y rodó por el suelo, deteniéndose no muy lejos de ella. La muchacha lo recogió.
-De acuerdo con el ordenador -retumbó de inmediato en su oído la voz de Jeremy-, acabas de entrar en contacto con la interfaz de navegación del Mirror. Aquí dice que se trata de un sistema de interacción que prácticamente te permite tocar y utilizar los objetos con los que te encuentres. Pero lo más importante es que con él puedes desplazarte de un sitio a otro dentro del diario de tu padre... o, mejor dicho, de un momento a otro.
Aelita se puso a pensar. Ella también se había materializado en el callejón que llevaba hacia la vieja fábrica, tal y como le había pasado a Yumi y Odd. Y ahora tenía el aspecto que solía adquirir en Lyoko, el de una elfa de orejas puntiagudas vestida con una falda rosa y unas suaves botas de cuero del mismo color.
La muchacha se había encontrado a la profesora Hertz paseando por la calle, y la había seguido hasta el bar, donde había escuchado después su discusión con Dido. Y ahora, el mando a distancia.
Aferrándolo con fuerza dentro de su puño derecho, Aelita salió del bar y respiró el aire fresco de la mañana. Aquel mundo virtual era tan... perfecto. Podía percibir lo olores y el roce del viento sobre la piel. Ni siquiera había sentido el menor rastro de ligero vértigo que siempre le provocaba la virtualización.
-Yumi y Odd se encuentran al final del Mirror, ¿correcto? -le dijo a Jeremy.
-Sí -respondió él de inmediato.
-Por lo tanto, si aprieto una y otra vez el botón de avance rápido de este mando... antes o después llegaré hasta ellos.
No esperó a oír la respuesta de su amigo: no cabía duda de qué esa era la idea correcta.
Pulsó el botón del mando, y el cielo le llovió sobre la cabeza: miles de gotas de color azul claro empezaron a caerle encima como cera caliente.
Los edificios comenzaron a derretirse. Las ventanas de un bloque de apartamentos se estiraron hacia abajo, dibujando una serie de líneas oscuras en la fachada de hormigón. Las farolas se doblaron, encorvándose hacia el suelo hasta convertirse en un charco que fue extendiéndose por el asfalto.
Bastaron unos pocos segundos para que aquella tranquila calle de la ciudad se convirtiese en un sitio distinto, un sitio que Aelita conocía bien: el tercer nivel subterráneo de la fábrica.
-¡Lo he conseguido! -exclamó con entusiasmo-. Estoy en la fábrica. Los he encontrado.
-Lo siento, pero no -farfulló Jeremy-. Échale un vistazo a la pantalla del mando.
Aelita obedeció. La pantalla decía 1 de junio de 1994 y la hora. Eran las cuatro y media de la tarde.
-El Mirror abarca varios días distintos -observó Jeremy-. Aunque estés en la fábrica, Yumi y Odd no están ahí contigo, porque se encuentren en un momento diferente. No te puedo decir cuándo será exactamente, pero supongo que el Mirror terminará en algún momento del 6 de junio, el día en que entrase en Lyoko con tu padre.
Aelita asintió en silencio. De repente le pareció ver de refilón una sombra familiar oculta detrás del gran cilindro del superordenador, pero se dio media vuelta de golpe para no mirarla. Si su padre estaba allí, no quería ni verlo: no se sentía preparada. En el fondo no era más que una grabación. Y lo primero que ella debía hacer era encontrar a sus amigos.
Pulsó el botón del mando otra vez, y otra, y otra más. La lluvia de cera se transformó en una tormenta de colores que embadurnó su ropa de elfa. El mundo que rodeaba a Aelita cambiaba a una velocidad vertiginosa. La fábrica, el desván y el salón de La Ermita; imágenes de su padre, que aparecían durante un momento para luego desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos como un espectro...
Aelita cerró los ojos mientras seguía martilleando el botón con un pulgar.
-Para -la detuvo la voz de Jeremy-. Ya has llegado. Es el final del Mirror.
Aelita se encontraba de nuevo en el tercer nivel subterráneo de la fábrica, pero esta vez no había nadie. El silencio resultaba casi irreal. Yumi y Odd estaban en el segundo nivel, el de la sala de los escáneres, de modo que para llegar hasta ellos Aelita tenía que coger el ascensor. Se preparó para enfrentarse a X.A.N.A.


El parque de la Primera Ciudad estaba circundado por una alta reja metálica que en aquel punto no tenía ninguna abertura, pero bastó con que X.A.N.A. extendiese una mano ante sí para que los barrotes se doblasen hacia los lados, creando un hueco lo bastante grande como para pasar sin el menor esfuerzo.
El muchacho entró sin ni siquiera mirar a su alrededor. Ulrich contó mentalmente hasta diez, y luego lo siguió adentro.
Se encontró en un tupido boscaje compuesto por árboles azules de tronco fino, con ramas retorcidas y repletas de espinas, que tenían un color luminoso, casi resplandeciente, y de todas todas antinatural.
Ulrich rozó uno de ellos con la mano y la retiró inmediatamente, conteniendo un gemido. Se le había abierto en la palma un profundo corte que ya empezaba a sangrar. Aquellos árboles estaban afilados.
<<Este mundo es de lo más peligroso>>, pensó. Ya se dio cuenta de ello cuando entró en él con Yumi a través de los aparatos de Bruselas, pero entonces habían utilizado guantes y cascos anticuados para conectarse con la realidad virtual, así que no había estado allí de verdad. Ahora tenía que andarse con mucho ojo.
Empezó a avanzar con cautela, con la cabeza gacha y siguiendo el ruido sordo de los pasos de X.A.N.A. por delante de él, hasta que oyó una voz.
-Niños. ¡Por fin! Cuánto tiempo he esperado que viniese algún niño por aquí...
Ulrich contuvo la respiración. X.A.N.A. acababa de descubrir al <<fantasma>> del profesor Hopper.
El muchacho recorrió a toda prisa el último trecho del parque y se escondió detrás de un arbusto de cristales puntiagudos que parecía estar hecho de viejas botellas despedazadas y fundidas unas a otras.
El profesor caminaba flotando en el aire, con los pies unos pocos centímetros por encima del suelo. Después se detuvo. Llevaba abierta su habitual bata de laboratorio, y tenía sus gafas y su larga barba, pero... Ulrich podía ver a través de su cuerpo, como si no fuese más que una nube de vapor coloreada.
-¿Es realmente usted, profesor? -le preguntó X.A.N.A., de pie frente a él.
-Llevo muchos años esperando aquí dentro. Desde que descubrí que la Primera Ciudad podía convertir en un arma.
Hopper no le había respondido. Era tan solo una grabación, exactamente igual que en el diario del Mirror. Ulrich vio que X.A.N.A. apretaba los puños. Actuó con velocidad, soltando un par de puñetazos en dirección al hombre, pero las manos del muchacho lo atravesaron sin causarle el menor daño.
La imagen de Hopper tembló, y él siguió hablando.
-Obviamente, yo no estoy aquí con vosotros. Por desgracia. Pero a lo mejor puedo ayudaros... y vosotros también me ayudaréis a mí. Seguidme.
El fantasma empezó a retroceder entre los árboles, pero X.A.N.A. no se movió, sino que, por el contrario, comenzó a hablar en voz alta.
-Ulrich, sal de ahí -dijo-. Me pone nervioso que vayas detrás mío como un perro.
Oh, no, lo había descubierto.
Ulrich se levantó de detrás del arbusto y flexionó ligeramente las rodillas, listo para escapar por entre los árboles en caso de necesidad.
Es probable que X.A.N.A. fuese más rápido que él, pero tal vez valiese la pena intentarlo.
-¿Has dejado a Eva en la plaza? -le preguntó el muchacho.
-Sí.
-Te prometo que de momento no le va a pasar nada. Mientras tanto, pongámonos en marcha, que no quiero perder de vista a Hopper. Me harás un poco de compañía.
X.A.N.A. simplemente se puso a caminar en la misma dirección en la que se había ido el fantasma. Tras un segundo de estupor, Ulrich decidió seguirlo.
¿Hacerle compañía? Ese X.A.N.A. era algo distinto del monstruo sin sentimientos contra el que él y el resto de la pandilla habían luchado dentro de Lyoko. A lo mejor su renacimiento lo había cambiado, volviéndolo más humano.
Pero Ulrich no tenía la más mínima intención de bajar la guardia


Las puertas del ascensor metálico se deslizaron hacia los lados, pero Aelita se quedó donde estaba.
Ante ella tenía las columa-escáner. Vio a Yumi y a Odd. Y a ese otro chico de pelo largo y negro. Por fin lo reconoció.
-Aelita -prorrumpió en su oído la voz de Jeremy, que se comunicaba con el Mirror desde la realidad-, nuestros amigos están enfrentándose a X.A.N.A. Pero no te preocupes: ahora que he conseguido restablecer el contacto, podré sacaros de allí en un periquete.
-Espera -respondió ella.
Ahora que podía ver a X.A.N.A. de cerca, estaba segura de que su aspecto le resultaba familiar. La forma de los ojos, la nariz, esos hombros... le traían a la mente un viejo amigo. ¿Estaría acaso volviéndose loca?
Yumi y Odd se levantaron, sonriendo con timidez.
-No tenías que haber venido... -le dijo Yumi.
-Ha sido todo por mi culpa -comentó Odd, mirándola con una expresión triste-. Eva Skinner es X.A.N.A., ¡y yo no me había dado ni cuenta!
De inmediato los oídos de Aelita se llenaron de voces. En la realidad, Jeremy, la pofesora Hertz y los padres de los demás se habían puesto a discutir.
-¿Eva es X.A.N.A.?
-Pero ¡Ulrich está con ella en la Primera Ciudad!
-¡Tenemos que ayudarlo!
Aelita permaneció inmóvil. Era tan raro... X.A.N.A. estaba allí, en el Mirror, pero al mismo tiempo se encontraba dentro de Eva Skinner, en otra réplica.
El muchacho de pelo oscuro la saludó con una leve reverencia.
-Tú...
-Quería verte.
-¿Por qué? -le preguntó Aelita.
X.A.N.A. tenía los ojos clavados en ella. Estaba ignorando por completo a Yumi y a Odd, que poco a poco iban retrocediendo en dirección a su amiga. Aquel monstruo se asemejaba a un muchacho . Estaba concentrado en Aelita. Y estaba sonriendo.
-Tendrías que acordarte de mí. No me refiero a cuando controlaba Lyoko, sino a como era al principio, cuando adoptaba la forma de un chiquillo y tú y yo nos pasábamos todas la tardes juntos.
-¿Juntos? -repitió ella, vacilante.
¿Había habido algo al principio?Aelita se acordaba de los monstruos de X.A.N.A. atacándola. Se acordaba de las torres en las que ella entraba para impedirle a aquella enloquecida inteligencia artificial que destruyese el mundo. Y se acordaba de su padre, que había dado su vida para destruir a X.A.N.A. Él no había matado. Estaba hablando con el asesino de su padre. No debía olvidarlo ni por un segundo.
-Sí -clamó el muchacho-. Tú venías a visitarme todos los días a la Primera Ciudad. Fuiste mi primera, mi única amiga. Hasta que tu padre decidió que yo era peligroso, que podía perder el control... y te obligó a no volver a venir a verme.
-No me acuerdo de nada de eso -admitió, confusa, Aelita.
-Chicos -oyó de nuevo la voz de Jeremy dentro de su oído-, ese monstruo tiene razón: no consigo ponerme en contacto con la Primera Ciudad. Pero con vosotros si que estoy conectado, así que os voy a rematerializar enseguida en la realidad. Seguir ahí es demasiado peligroso.
-Muy bien, jefe -susurró Odd.
Aelita, por el contrario, hizo un gesto negativo con la cabeza.
-Marchaos vosotros. Yo quiero quedarme aquí.
-¿Te has vuelto chiflada? -le dijo Yumi, llena de preocupación, al tiempo que la agarraba por un brazo-. ¡Que este tío es X.A.N.A.! ¡Podría hacerte daño! ¡Podrías hasta...!
-Si él está en lo cierto -la cortó Aelita-, si una vez éramos amigos, entonces quiero quedarme aquí y enterarme bien. Los amigos no se olvidan. Si yo lo he hecho, tengo que saber el porqué.
Antes aquellas palabras, X.A.N.A. volvió a sonreír.
Aelita habría debido de olvidarlo. ¡Él había asesinado a su padre! ¡Era culpa suya que ella se hubiese quedado sola! Y, sin embargo, aquel chico tenía una mirada tímida, como si estuviese un poco asustado. Aelita sentía que debía dejarse guiar por su instinto.
X.A.N.A. estiró un brazo con el puño cerrado, y después levantó el índice hacia arriba. El dedo empezó a alargarse, y también parecía ir volviéndose más delgado. La uña se oscureció, y el dedo siguió creciendo y adelgazando, virando su color hacia un verde intenso. Y después, de su parte superior brotó un pimpollo que se abrió en una rosa roja.
-Mmmm -murmuró Yumi detrás de ella-. Flores. No te fíes de un hombre que te regala flores: algo malo habrá hecho.
Aelita no le prestó atención a su amiga.
-Vosotros podéis iros -repitió-. Jeremy, materializaros en la realidad -y después añadió, levantando la voz-: Yo me quedo aquí.
-¿Estás segura?
Aelita asintió en silencio y con los ojos clavados en aquel extraño muchacho al que le acababa de florecer un dedo.
-Como quieras.
Cuando se dio la vuelta, Odd y Yumi habían desaparecido. Se había quedado sola en el Mirror. Sola con X.A.N.A.


Los padres de los dos muchachos que acababan de salir del Mirror se habían abalanzado sobre ellos casi con furia, abrazándolos y besándolos.
-¡Estoy bien, papá, estoy bien! -decía Yumi, tratando de separarse de él.
-¡Mamá, por favor, ten cuidado, que me vas a despeinar! -imploraba Odd.
Pero reían. No se había esperado a encontrase a sus padres ahí, en La Ermita. Y no conseguían comprender cómo era que lo sabían todo de Lyoko, el profesor Hopper y sus aventuras.
Jeremy suspiró, y ahora también con Aelita. El escáner no transmitía más que descargas electroestáticas, y él ya no recibía ninguna señal de audio ni de vídeo. X.A.N.A. lo había dejado aislado por completo. Se sentía paradójicamente encerrado en el mundo real. Sintió una mano sobre el hombre y se volvió de golpe, topándose con los ojos brillantes y la tímida sonrisa de Richard.
-¿Estás preocupada por ella?
Jeremy asintió con la cabeza.
-Yo también. Pero debemos confiar en Aelita. Siempre ha sido muy empática. ¿Sabes lo que quiero decir? Consigue ponerse en el lugar de los demás, entenderlos y estar de su parte.
-X.A.N.A. no es una persona -rezongó Jeremy-. Es un programa informático.
-Puede que sí -concedió Richard-. O puede que haya algo que aún no sabemos, y que ella ha conseguido intuir de alguna forma. Ha tomado una decisión, y a nosotros de momento nos toca respetarla. Ya verás como al final todo sale bien.
A Jeremy se le vino todo el cansancio encima de golpe. Había sido un día larguísimo, con la llegada de sus padres al Kadic, la recuperación de sus recuerdos, la reparación del escáner... Y ahora eso.
Su gran enemigo, X.A.N.A., había regresado. Y hasta se había duplicado. Era realmente demasiado para un solo día, y él sentía que las manos le temblaban sobre el teclado.
-¿Y ahora qué hacemos? -preguntó.
-Tenemos que volver al colegio -respondió la profesora Hertz-. Hablaré con el director para que podamos prepararles un par de habitaciones a nuestros huespedes...
-¡Pero si no hace falta! -intervino de inmediato Akiko Ishiyama-. Nuestra casa está aquí al lado, y tenemos sitio de sobra para todos.
-De acuerdo, entonces -asintió a la profesora-. Pero Jeremy y Odd se volverán conmigo a la escuela. El director Delmas ya está bastante nervioso porque os hayáis saltado las clases de ayer y hoy... Y ahora, para rizar el rizo, me tocará explicarle la desaparición de Eva, Ulrich y Aelita.
Odd dio varias palmaditas nerviosas, entusiasmado. Parecía preocupado por el plan de dormir con papá y mamá, como cuando todavía era pequeño.
Y Jeremy se alegró ante la idea de volver al colegio y meterse bajo sus sábanas, en su propio cuarto. Se estaba muriendo de sueño. No sabía que esa noche no iba a dormir casi nada.

6 comentarios:

  1. aww gracias por poner esto a neustro alcance=D, oye oye, estás trasladando todo a mano? por qué no usas el programa ABBY? sólo escaneas el libro, y ese programa lee imágenes, solo copias el texot y pegas, aunque aveces se van pro allí dos que 3 caracteres, aún asi, gracias por el esfuerzo

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  2. Si, de momento lo estoy haciendo a mano, pero no es porque me haya vuelto loca ni nada de eso XD Tengo el abby finereader, pero como ahora tengo mas tiempo libre lo copio a mano. El libro anterior está hecho con el abby.
    Gracias por el consejo =)

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  3. xD yeyyyyyy jajaja, bueno, es que sii, además me quedo en suspenso xD es de noo, quieor seguir leyendo xD, y también ya muero por leer el de el ejército de la nada xD, jajaja el libro dice que para más de 10 años -.- y yo doblo la edad xD, pero es una hermosa serie de mi infancia xD, y me quede picado

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  4. Graciasssssssssss x tomarte la molestia de transcribir el libro (lo cual no es facil) para todos ya que me pase 1 hora buskando en internet el libro u.u pero x suerte encontre tu blog k es muy bueno para los fans de code lyoko
    Ademas flicitaciones x Ganar el concurso con tu historia te kedo super sobretodo la foto con los vehiculos xD y ademas como dudo k pongas otro capitulo (k x cierto es tan muy buenos y te dejan con ganas de mas ^^) hasta despues de navidad
    Permiteme desearte una feliz Navidad y k la pases super !!!!

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  5. Muchas gracias!! Pero hay una cosa en la que te equivocas, voy a seguir poniendo capítulos del libro, así que estate atento!! :D

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